Una Visión transformadora del uso del espacio geográfico en Venezuela


La dimensión sociocultural, los factores de producción y la economía global, tienen un fuerte impacto en los modos de vida que cada país adopta, considerando que la interrelación existente en las acciones particulares y globales, suelen ser conducentes a variables que para cada nación conlleva una consecuencia singular.


Hoy más que nunca, la búsqueda de una economía sustentable y saludable, llama a la puerta a gritos, lo que se traduce en observar con paciencia las oportunidades y facultades para asumir un modelo de producción que vincule a la familia de manera responsable en la generación de recursos propios.


De tal manera, la visión desgastante y destructiva, que se traía hasta la época, se desvanece ante la pulverizada necesidad de asumir una visión transformadora ante el uso del espacio. Esta idea reúne diversas filosofías, de protección del ambiente y de manera especial la interrelación saludable entre todos los seres vivos.


Es un llamado ante los diversos contratiempos y finales apocalípticos en los que se asoma la raza, “o es un cambio responsable ahora, o simplemente un futuro incierto”. Por ello, la base mundial de las naciones, se encuentra en la familia, su valor es incalculable para los nuevos modelos de producción, nuevos modelos de sostenimiento. Resulta ver esta visión como una fuente de vida, como una concreción social, una introspección del ser y su expresión con el mundo exterior.


La nación venezolana, se encuentra en el foco y la oportunidad para ser la fuente de un modelo que protege al ser humano, en todas sus dimensiones, donde cubra con una economía generadora de energías propias y sustentables, agricultura hecha con visión ecológica, familias generadoras de alimentos orgánicos, educación en valores propios y globales.


Es por ello, que la formulación del espacio como fuente primaria para la nación, es desarraigar la economía desgastante de la monoproducción, por la diversificación de fuentes, aunado a la masificación de una conducta responsable ante el hoy y el mañana.


Así es que la forma de dar cabida a este concepto se sumerge en la afinidad por concebir fundamentos que permitan desde la conciencia colectiva modificar cualquier postura política populista que pretenda el manejo del Estado con fines particulares, pues las Instituciones son la encimera que garantiza a las familias su preservación.


Cada espacio tiene una función y una expresión, hallar su valor se traduce en la disposición de herramientas comunes que se enlacen con fines colectivos y particulares que estén direccionados en la austeridad. Por ende, la explotación de recursos es una quimera que no consigue posicionarse en el beneficio social, debe estar sujeto a una interacción ecológica y sustentable de los recursos, esto incluye hasta el posicionamiento de las manos más preparadas y capacitadas para dichos fines.


Ajustar una Nación a nuevas tendencias de organización espacial, conlleva distribuir de forma equilibrada los recursos, realizar análisis y cuantificaciones de ellos y proponer planes de inversión con retornos viables para la Nación. Es oportuno recordar la célebre frase “sembrar el petróleo” de Don Arturo Uslar Pietri, haciendo referencia al enunciado anterior, si tal recurso no se invierte en otras fuentes, se convertirá en agua que a través del tiempo pasara por las manos hasta desaparecer.


Finalmente, un país rico, tiene como sustento una población rica en su mente y corazón, por tal motivo, la conciencia humana, se ajusta a la dimensión espacial acorde al límite de su conciencia.

Jesús David Morales
Articulista Invitado

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